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"Nunca renuncies a la lactancia (ni a nada) por el hecho de sufrir diabetes"

"Nunca renuncies a la lactancia (ni a nada) por el hecho de sufrir diabetes"

Muchas veces las personas nos imponemos limitaciones. Cuando se sufre una enfermedad com la Diabetes, podemos creer que nos va a condicionar la vida y vamos a tener que renunciar a algunas experiencias vitales. Hoy os compartimos esta vivencia de una madre lactante con Diabetes que ha sido capaz de no renunciar a nada por su enfermedad. Queremos dar las gracias a Rosa Vidal por su valioso testimonio, tan positivo y alentador que nos demuestra en el #DíaMundialDeLaDiabetes que los límites nos los ponemos nosotros mismos.

¿Cuándo debutaste con diabetes?

Nací en abril de 1981 y el diagnóstico oficial de la diabetes llegó 8 meses después, aunque ya llevaba unas cuantas semanas que no estaba bien. Después de haberme diagnosticado todo lo que puede tener un bebé de forma habitual (tos, mocos, cólicos, gases,…) y que el médico me hubiera visto mil veces sin darle mayor importancia a lo que me ocurría, fue mi padre quien tuvo la intuición de lo que podía estar pasando, ya que él había debutado con diabetes tipo 1 justo cinco años antes. Hay que contextualizar que estamos hablando de 1981, cuando las cosas eran muy diferentes a como son hoy, dónde la información de la que disponíamos los pacientes no tenía nada que ver con todo lo que sabemos ahora y dónde el médico siempre tenía la verdad absoluta. Si mi padre no hubiera conocido la enfermedad, y después de muchos días de ver que su bebé no estaba bien, no sé qué hubiera sido de mi y no sé si a día de hoy estaría aquí, por eso mis gracias infinitas siempre serán para ellos como padres, por su lucha constante y su valentía en una época en la que el paciente empoderado ni tan siquiera existía. Hoy tengo 34 años, ninguna complicación derivada de mi enfermedad crónica y una vida plena y feliz.

Yo fuí niña de biberón y mi madre siempre ha tenido esa espinita clavada de no haberme amamantado. Otra vez, en los 80, la información de la que disponían las mujeres al ser madres no era la misma que tenemos ahora y yo soy una de esas treintañeras de la generación del fashion bibi 80′ (creo que un día en leí esta etiqueta en alba lactancia y me lo apunté porque pensé que realmente describe perfectamente lo que pasó en aquella época).

¿Qué supone para una mujer con diabetes tipo1 quedarse en estado?

Un reto. Sin duda, uno de los retos más importantes de su vida. El control de la glucemia los meses antes de la concepción y durante el embarazo debe (y tiene) que ser casi perfecto, como el que tienen las personas que no sufren diabetes, con lo que los rangos de valores aceptables se acotan mucho más que en condiciones normales, con el objetivo de minimizar los riesgos que una diabetes mal controlada puede tener en el futuro bebé, como son los defectos congénitos en los órganos vitales y la macrosomía. Aún así, ser madre con diabetes es posible, “sólo” requiere mucho esfuerzo, constancia, perseverancia y rigurosidad (aunque, visto así, no es nada diferente a lo que las personas con diabetes que queremos llevar un buen control no hagamos todos los días). Lo que sí considero que es muy importante para tener un buen embarazo es saber gestionar la tensión y la responsabilidad que conlleva en esta etapa el control de la diabetes, ya que ahora la glucemia de la futura madre no sólo tiene efecto en ella misma, sino también al bebé y unos malos valores (aunque sólo sean puntuales) pueden llegar a agobiar muchísimo.

¿Tenías claro que querías amamantar a tu bebé? Sabemos que la lactancia materna protege frente al bebé frente a la diabetes. Y aunque no solemos hablar de los beneficios de la lactancia suponemos que era importante para ti.

Yo tenía claro que quería intentarlo. A lo largo del embarazo, tomé como estrategia no planificar excesivamente y decidir en función de cómo fueran saliendo las cosas y de cómo nos fuéramos encontrando, de este modo tenía las expectativas controladas, menos presión y menos frustración si algo no acababa saliendo como yo tenía planeado de antemano. Quizás es un enfoque un poco simplista, pero con los años he aprendido que en diabetes casi nunca 2+2 son 4, con lo que si además le sumas un embarazo, parto y un postparto, donde también cualquier cosa puede pasar y la incertidumbre es una de las variables reinas, el resultado de la suma ya casi es impredecible. Pero tenía muy claro que la lactancia materna siempre sería la primera opción por qué era lo mejor para el niño y para mi.

A día de hoy no sé si en un futuro Martí tendrá diabetes tipo 1 como yo o no (yo deseo con todas mis fuerzas que no, pero por desgracia es algo que no está en mis manos porque si en algún día tiene que producirse su debut es algo que hoy ya está escrito en su código genético), pero sí está a mi alcance prolongar la lactancia materna tanto tiempo como sea posible y él quiera para que pueda disfrutar todos sus beneficios, entre los cuales figura la disminución de la probabilidad de tener diabetes tipo 2. A menudo hablamos de diabetes sin explicar bien que hay dos tipos (a grandes rasgos), la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune que suele aparecer en bebés, niños y adultos jóvenes en la cual el propio paciente no puede hacer nada ni para prevenirla ni para evitarla, y la diabetes tipo 2 (la que durante muchos años se ha asociado a la gente mayor) que aparece a partir de cierta edad y que además de a la herencia genética va ligada a los hábitos de vida poco saludables, como sedentarismo o obesidad, entre otros.

¿Qué te aconsejaban los profesionales?

Sin duda, lactancia sí. Tanto mi endocrina como mi ginecóloga, que trabajan conjuntamente en la Unidad de diabetes y gestación del Hospital Clínic de Barcelona, me animaron desde el primer día con la lactancia materna. De hecho, aunque parezca casi un milagro, creo que nunca consideraron que haríamos las cosas de otra manera y me dieron información y apoyo para estar lo más preparada posible cuando llegara el momento. Y ahora, cada vez que tenemos control o visita o por lo que sea hablamos, me hace extremadamente feliz cuando me animan a seguir con la lactancia y me dan la enhorabuena por haber llegado hasta aquí.

Ya de por sí las madres lactantes reciben muchas críticas ¿Tú las has recibido en tu doble condición de madre y diabética?

En este aspecto puedo considerarme realmente muy muy afortunada pues mi entorno más directo, con mi marido y ángel de la guarda a la cabeza, siempre han apoyado la decisión de amamantar a Martí. De hecho, Jose y yo tomamos la decisión conjuntamente y no habría sido posible que nuestra lactancia fuera exitosa sin su colaboración, apoyo e implicación.

Además de todos los retos a los que se enfrenta cualquier madre lactante, yo me enfrentaba al reto de tener que encajar el control de mi diabetes en todo esto. Después del parto, las necesidades de insulina de la madre diabética cambian de manera considerable, con lo que la lactancia supone un plus extra de cambio a tener en cuenta ya que una madre diabética lactante en el momento en qué está dando el pecho es como si estuviera haciendo ejercicio físico, y por lo tanto aumenta el riesgo de hipoglucemias o bajadas de azúcar, máxima siempre a evitar para todos los diabéticos en cualquier situación.

Aún así, nosotros como familia nos inventamos una rutina desde prácticamente el primer día que consistió en crear una toma artificial a primera hora de la mañana, momento en el cual aprovechaba para sacarme la leche con el sacaleches y así tener siempre un stock de leche materna disponible en la nevera por si en algún momento yo no estaba bien y Martí no podía mamar del envase original. De esta manera, prácticamente también desde el primer día y hasta que lo tuvimos todo bajo control, una toma nocturna Martí la hizo de leche materna con biberón para que yo pudiera descansar algunas horas seguidas (para mi las hipoglucemias de madrugada siempre han sido las más complicadas de gestionar y anticipar) y estar bien el resto del día. Sobre este planteamiento encontramos todo tipo de comentarios, desde se le va a generar confusión tetina pecho y ya va a rechazar el pecho para siempre (cosa que sabíamos que podía pasar y éramos conscientes del riesgo que conllevaba, pero que por suerte nunca pasó), hasta déjalo ya, total si también le das el biberón qué más da lo que haya dentro o hasta felicidades luchadora, por no rendirte nunca, por encontrar la manera de hacer compatibles ambas cosas y por buscar siempre la mejor solución para los dos, madre e hijo. Personalmente, yo me quedo con la última reacción. Para que una madre pueda cuidar adecuadamente de su hijo, debe estar bien ella, tenga o no tenga diabetes y precisamente con este objetivo siempre pensamos que si esta estrategia nos funcionaba como familia y todo el mundo estaba bien, era porque era la óptima y la adecuada.

La teoría es que las madres diabéticas durante la lactancia mejoran su tolerancia a la glucosa ¿Qué nos puedes contar?

En general, yo he notado este efecto cuando ya Martí llevaba unos cuantos meses de lactancia, es decir, para poder hacer lo mismo de antes y poder comer lo mismo que comía antes, por el hecho de estar amamantando mis necesidades de insulina eran menores y ha llegado un punto que mi control glucémico ya no se ha visto alterado ni condicionado por el hecho de ser madre diabética lactante. Llevamos 14 meses y de momento, no tenemos ni fecha ni intención de dejarlo. Ahora estoy en este punto de grata satisfacción en que la lactancia es una variable más a la hora de gestionar las cantidades de insulina y de hidratos de carbono que debo ingerir todos los días y que le tengo ya las medidas tomadas a como me afecta mis controles.

¿Qué precauciones debe tomar una madre con diabetes tipo 1 que quiera dar el pecho?

Antes de empezar la toma, lo óptimo es hacer un control capilar para conocer el valor de glucemia. En caso de estar en hipoglucemia, no sería aconsejable empezar la toma sin antes haberse recuperado ya que dar el pecho podría agudizar y prolongar más la hipoglucemia, y por lo tanto alargar también la remontada y la recuperación (y aquí yo añadiría que tener un plan B por si el bebé está muy muy hambriento y no puede esperar esos 10-15 minutos que la mamá va a necesitar para recuperarse). Y siempre que su valor sea bueno, tener hidratos de carbono de absorción rápida preparados y a mano (un zumo, por ejemplo) por si la hipoglucemia se produce durante la toma.

Extremar el control glucémico y las precauciones durante las tomas serán el mejor seguro tanto para la mamá como para el bebé.  

¿Qué les dirías a las futuras madres que padecen diabetes y no tienen claro si dar o no el pecho?

Que lo hagan. Sin dudar ni un momento, que lo intenten y no se formen una idea predefinida de lo que va a ser o será o de lo que les han contado o han dicho. Que experimenten por ellas mismas lo que supone amamantar al bebé y gestionar su diabetes y que ante la duda, siempre busquen apoyo y pregunten, de entrada a un profesional relacionado con la lactancia materna o una asesora, y en plan más personal quizás, con otra madre diabética lactante porque hay muchas otras personas que antes nos hemos encontrado en esta situación.

Pero sin duda, y este quizás es el mensaje más importante, que nunca renuncien a la lactancia materna (ni a nada) por el hecho de sufrir diabetes. Nuestras metas deben ser las mismas que se proponen el resto de personas, “simplemente” las personas que sufrimos diabetes debemos tomar “nuestras precauciones” para conseguirlas, pero no por ello vamos a dejar de intentarlo!!!!

¿Dónde podemos dirigir a estas madres para que cuenten con más apoyo?

En la actualidad, no existen grupos especializados sobre lactancia materna y diabetes por lo que sin ninguna duda, yo les animo a seguir, leer y contactar con LactApp.

Un comentario en «"Nunca renuncies a la lactancia (ni a nada) por el hecho de sufrir diabetes"»

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